(Loque Nadie Te Explicó)
Hay quienes creen que el Antiguo Testamento ya no es relevante y que el Nuevo Testamento lo reemplaza.
Y luego están los que rechazan el Nuevo Testamento y aseguran que solo la Ley de Moisés es válida.
Ambos están equivocados.
Lo que pocos entienden es que sin el Antiguo Testamento, el Nuevo no tiene sentido. Y sin el Nuevo, el Antiguo se queda incompleto.
Vamos a romper mitos y entender cómo ambos forman un solo mensaje divino.
1. ¿Dios Cambió de Opinión?
Algunos dicen que el Antiguo Testamento es solo un Dios de ira y castigo, mientras que en el Nuevo Testamento Dios se vuelve amoroso y misericordioso.
Falso.
Dios no cambió, cambió el pacto con la humanidad.
En el Antiguo Testamento, Dios establece Su ley, Su justicia y Su santidad.
En el Nuevo, revela cómo cumplir esa justicia a través de Jesús.
No hay contradicción, hay cumplimiento.
2. La Ley y la Gracia: ¿Enemigas o Aliadas?
El Antiguo Testamento está lleno de leyes, sacrificios y rituales.
El Nuevo Testamento nos dice que la salvación es por gracia, no por obras.
Entonces, ¿la ley quedó anulada?
No exactamente.
Pablo lo deja claro: la ley fue nuestro maestro para llevarnos a Cristo (Gálatas 3:24).
La ley nos muestra nuestra incapacidad de cumplirla y el Nuevo Testamento nos da la solución:
Jesús la cumple por nosotros.
3. Profecías Cumplidas: El Puente Entre Ambos Testamentos
¿Sabías que el Antiguo Testamento tiene más de 300 profecías sobre Jesús?
Cada una de ellas se cumple en el Nuevo Testamento.
Ejemplos rápidos:
Isaías 53 describe el sacrificio de Jesús 700 años antes de su nacimiento.
Miqueas 5:2 predice que nacería en Belén.
Zacarías 11:12-13 menciona las 30 monedas de plata por las que fue vendido.
¿Casualidad?
No lo creo.
Conclusión: No Puedes Tener Uno sin el Otro
El Antiguo Testamento prepara el camino.
El Nuevo Testamento es el cumplimiento.
Juntos forman la historia completa de la redención.
Si quieres aprender cómo interpretar la Biblia de manera correcta y sin confusiones, debes comenzar ya.
Porque leer la Biblia sin entender estas conexiones es como ver el final de una película sin haber visto el principio.