Si crees que la Biblia es un libro que solo habla de amor y paz, prepárate para un choque con la realidad.
La esclavitud es un tema incómodo, pero la Biblia no lo evade.
¿La apoya?
¿La condena?
Te sorprenderá la respuesta.
La Biblia no inventó la esclavitud, pero sí la reguló
Antes de que empieces a rasgarte las vestiduras, entiende esto: en tiempos bíblicos, la esclavitud era una realidad mundial.
No existían contratos laborales ni derechos humanos.
Lo que la Biblia hizo fue poner límites a un sistema cruel y dar derechos a los esclavos, algo impensable en esa época.
En el Antiguo Testamento:
Un esclavo hebreo debía ser liberado después de 6 años (Éxodo 21:2).
Maltratar a un esclavo era motivo de castigo (Éxodo 21:26-27).
Había leyes para que los esclavos pudieran escapar y no ser devueltos a sus amos (Deuteronomio 23:15-16).
En el Nuevo Testamento:
Pablo no ordena una revolución, pero sí dice que amos y esclavos eran iguales ante Dios (Efesios 6:9).
En la carta a Filemón, Pablo pide la liberación de un esclavo y lo trata como un hermano.
¿Y hoy?
La esclavitud como sistema ya no existe (aunque hay otras formas modernas de opresión).
Pero la Biblia dejó claro un principio: todos los seres humanos tienen valor ante Dios.
El problema es que muchos interpretan la Biblia sin contexto, torciendo su mensaje.
Si realmente quieres saber lo que dice la Escritura y no lo que otros te cuentan, necesitas aprender a interpretarla bien.
¡Tu momento ha llegado!