Seamos honestos:
la mayoría de los cristianos nunca han leído la Biblia completa.
Y no, no me refiero a haber saltado de un Salmo a otro, haber leído los evangelios varias veces o haber subrayado versículos sueltos en Filipenses.
Hablo de leer toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, sin rendirse en Levítico ni perderse en los profetas menores.
¿Por qué tan pocos lo logran?
Porque intentan leerla sin método, sin estructura y, lo peor de todo, sin saber cómo interpretarla.
Leer la Biblia sin una estrategia es como tratar de armar un rompecabezas sin tener la imagen de referencia:
terminas frustrado,
confundido
abandonando el intento.
Aquí va una verdad incómoda...
la Biblia no está escrita en orden cronológico, y no todos los libros tienen la misma función ni el mismo contexto.
Si la lees como cualquier otro libro, te vas a estrellar.
Pero si la abordas con un plan claro y una buena interpretación, cada capítulo cobra sentido y descubres cómo todo está conectado de manera perfecta.
Así que si alguna vez te has propuesto leer la Biblia de principio a fin y has fracasado, no es porque seas poco espiritual ni porque “Dios no te habló”.
Es porque nadie te ha enseñado cómo hacerlo de manera efectiva.
Si quieres dejar de dar vueltas en círculos y aprender cómo leer la Biblia completa sin perderte ni aburrirte en el intento, necesitas una guía clara y bien estructurada.
Y para eso, necesitas saber cómo interpretar lo que lees.
¿vas a seguir dejando la Biblia a medias o vas a leerla como debe ser, de una vez por todas?