¿Te han dicho que la Biblia es difícil de entender?
¿Que es un libro lleno de misterios sin solución?
Bueno, esa es la excusa perfecta para no leerla.
Y si te soy honesto, es una excusa barata.
¿Sabes por qué?
Porque la Biblia no es un libro encriptado que solo unos pocos iluminados pueden descifrar.
Si sabes cómo leerla, y te tomas el tiempo necesario para entenderla, se convierte en la herramienta más poderosa en tu vida.
Así que,
¿estás listo para romper esa barrera y empezar a entender lo que realmente dice?
Si lo estás, sigue estos 10 pasos. Y, créeme, son más fáciles de lo que piensas.
1. Elige la traducción correcta
Empecemos por lo básico:
¿qué versión de la Biblia estás leyendo?
La NVI, la Reina-Valera, la LBLA… cada traducción tiene su estilo, y lo que funciona para otros puede no funcionar para ti. La clave es elegir una que sea fiel al texto original, pero también accesible en lenguaje moderno.
Si no entiendes lo que estás leyendo, estás perdiendo el tiempo.
No aceptes excusas para leer una traducción que te confunda.
2. No empieces por el Apocalipsis
Lo sé, lo sé, todo el mundo quiere empezar con el libro del Apocalipsis, porque suena “emocionante”.
Pero..
¡detente ya!
Este es uno de los libros más malinterpretados de la Biblia.
Empieza por los Evangelios o el Génesis.
No hay nada de malo en comenzar desde el principio. La base de tu comprensión de toda la Biblia dependerá de qué tan bien entiendas lo que está pasando desde el principio.
3. Haz preguntas mientras lees
¿Qué está pasando aquí?
¿Por qué se dijo eso?
¿Qué significa para mí hoy?
Si no te haces estas preguntas, no estás leyendo.
Estás solo deslizando los ojos por las palabras sin detenerte a pensar en ellas.
Y ¿qué sentido tiene eso? Lee con un propósito y cuestiona todo lo que encuentres.
La Biblia no es un libro pasivo, es un desafío.
4. Contextualiza lo que lees
El mayor error que cometen la mayoría de los “lectores casuales” de la Biblia es sacar versículos de contexto.
Una frase sacada de su contexto puede ser completamente malinterpretada.
¿Quieres saber el verdadero significado de un versículo? Mira su contexto histórico, cultural y literario.
No seas flojo.
Investiga.
Si no entiendes algo, no lo ignores, ¡busca la respuesta!
5. Usa un comentario bíblico, pero no te conviertas en un esclavo de él
Claro, un buen comentario puede ser útil.
Pero cuidado, no dejes que alguien más piense por ti.
Usa los comentarios para obtener perspectivas, pero siempre haz el esfuerzo de formar tu propia opinión.
Si eres un buen pensador, lo que lees en un comentario solo debe confirmar o desafiar lo que ya has descubierto por ti mismo.
6. Lee varias versiones para obtener una mejor comprensión
A veces, una sola traducción no es suficiente para captar toda la riqueza de un pasaje.
Lee el mismo versículo en diferentes traducciones.
Si una versión te deja con más preguntas que respuestas, pasa a la siguiente. La Biblia tiene capas, y leer varias traducciones te ayudará a desentrañarlas.
7. No ignores los libros difíciles
Los libros como Levítico, Ezequiel y Apocalipsis pueden parecer intimidantes y aburridos. Pero te garantizo que hay gemas escondidas en ellos.
¿Quieres comprender realmente la Biblia?
No te saltes las partes “difíciles”.
Enfréntate a ellas.
La mayor parte de la sabiduría en la Biblia se encuentra precisamente en esos pasajes complicados.
Si puedes entenderlos, podrás entender todo lo demás.
8. Hazlo parte de tu rutina diaria
Leer la Biblia no es algo que se hace una vez a la semana.
Es un compromiso diario.
Así que aquí tienes el truco: hazlo todos los días.
Incluso si solo lees un pasaje corto, eso es mejor que no leer nada. Y, si en algún momento de tu vida decides que ya no tienes tiempo para leerla, entonces es momento de cambiar tu vida.
Lo que inviertes en la Biblia nunca es tiempo perdido.
9. Usa aplicaciones y recursos en línea, pero no te hagas dependiente
Si quieres aprender, hay recursos para ti: aplicaciones, videos, audios, y hasta cursos.
Pero no uses estas herramientas como una muleta.
No confíes ciegamente en lo que otros digan.
La verdad está dentro de ti, pero tienes que hacer el esfuerzo de buscarla.
10. Aplica lo que aprendas
Finalmente, aquí viene lo más importante:
La Biblia no es solo un libro para leer, es un libro para vivir.
No puedes simplemente leer y quedarte con el conocimiento.
¿De qué sirve saber todo sobre la Biblia si no lo aplicas en tu vida diaria?
Haz que cada lectura te cambie.
Si no lo hace, entonces realmente no estás leyendo la Biblia.
Si crees que estos pasos son fáciles, entonces ¿por qué no los has seguido hasta ahora?
Si realmente quieres entender la Biblia, no basta con tener buenas intenciones, necesitas acción.
Si te atreves a tomar el siguiente paso y llevar tu estudio bíblico a un nivel más profundo, te invito a que te capacites en interpretación bíblica.
Es hora de dejar de ser un lector superficial y comenzar a entender lo que realmente la Biblia tiene para ofrecer.
¿Qué esperas?
El conocimiento es poder, y la Biblia tiene más poder del que imaginas.
¡Vamos a desentrañarlo juntos!