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¿Dios quiere que vivas en abundancia o en humildad?

Foto del escritor: Charly CountryCharly Country



Vamos a ir directo al grano, porque ya es hora de romper con los mitos que llevamos cargando por siglos.


¿Qué significa vivir con humildad?


¿Y qué pasa con la abundancia?


La respuesta es sorprendente y quizás te altere.


La mayoría de los “buenos cristianos” han estado martillando en nuestra cabeza la idea de que vivir humildemente significa vivir en pobreza, sacrificio y limitación.


Pero eso no es lo que Dios quiere para ti.






La trampa de la humildad mal entendida


A lo largo de la historia, nos han vendido la idea de que para ser “bueno” o “piadoso” necesitas vivir con lo mínimo, casi como si el sufrimiento fuera un acto divino.


Pero, ¿quién dijo que ser humilde es vivir en miseria?


La humildad no tiene nada que ver con renunciar a la abundancia.


La humildad se trata de reconocer tu lugar en el mundo, no de vivir en la pobreza.


La humildad bíblica es tener una postura de servicio, no de sacrificio extremo. Es tener la capacidad de reconocer que todo lo que tenemos viene de Dios, pero eso no significa que tengamos que vivir limitados.


¿Sabías que Dios te creó con el propósito de que seas próspero y productivo?


Si no estás viviendo una vida abundante, ¿estás realmente cumpliendo con el plan que Él tiene para ti?






Dios quiere que vivas en abundancia, pero con propósito


Sí, lo escuchaste bien.


Dios quiere que vivas en abundancia.


Pero, espera, no vayas a pensar que te estoy hablando de ser un “rico” de esos que solo piensan en el dinero.


Te hablo de abundancia en todas las áreas de tu vida:


salud,


paz,


amor,


recursos,


propósito.


La vida que Dios tiene para ti es una vida plena. Es una vida donde puedes prosperar no solo económicamente, sino también espiritualmente.


Mucha gente tergiversa lo que la Biblia dice sobre la prosperidad.


No te está llamando a ser avaro ni egoísta, pero te está diciendo que tienes el derecho de vivir bien y de usar tus bendiciones para ayudar a otros.


La abundancia que te promete Dios no es egoísta. Es para ti y para los demás.






¿Y qué pasa con la humildad entonces?


La humildad no está en cuánto tienes, sino en cómo usas lo que tienes.


La humildad es reconocer que, aunque tengas todo lo necesario o más, todo eso es un regalo divino. Es ser consciente de que no dependes solo de ti mismo, sino de la gracia y provisión de Dios.


La humildad se ve en tu corazón, no en tu cartera.






La abundancia no es un pecado, es una bendición


La riqueza, el éxito y la prosperidad no son maldiciones ni pruebas de egoísmo.


Son bendiciones.


Si Dios te da la capacidad para crear, producir y ser próspero, ¿por qué negarlo?


La vida abundante no es el resultado de ser avaro, sino de ser sabio, generoso y fiel a los principios divinos.


No dejes que nadie te diga que ser rico es un pecado.


La verdadera riqueza está en lo que puedes hacer con ella: bendecir a otros, vivir con propósito y prosperar para el bien de todos.






Conclusión: Es hora de dejar de vivir en limitaciones


Deja de pensar que ser humilde implica pobreza.


Dios quiere que vivas en abundancia, pero con un corazón humilde.


No te confundas.


La humildad es el principio, pero la abundancia es el resultado de seguir a Dios con sabiduría.


Si no estás viviendo en esa abundancia, pregúntate si estás siguiendo el verdadero plan de Dios para ti.


Si quieres aprender a interpretar la Biblia correctamente, a dejar de ser manipulado por interpretaciones erróneas y a vivir la vida abundante que Dios tiene para ti, es tu momento de comenzar ya.


Deja de vivir en la ignorancia y comienza a aplicar los principios bíblicos para prosperar.


¡Es hora de cambiar tu vida y vivir como Dios lo planeó!


¿Estás listo? 

te aviso, solo los valientes se atreven..

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