Algunos dicen que Él vino a romper con las normas del Antiguo Testamento, pero,
¿es eso cierto?
Hoy vamos a sacar la verdad a la luz.
Si eres de los que piensan que Jesús destruyó las antiguas enseñanzas de la ley, prepárate para cambiar tu perspectiva.
La sorpresa: Jesús no vino a abolir nada.
Sí, lo leíste bien.
Aunque muchas personas, especialmente aquellos que quieren justificar su vida de acuerdo a lo que les conviene, han usado versículos de la Biblia para afirmar que Jesús "abolió" la Ley de Moisés, la realidad es bastante diferente.
En Mateo 5:17, Jesús mismo dijo:
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir."
¿A qué se refiere con esto?
Pues a que no vino a eliminar las leyes dadas por Moisés, sino a darles el verdadero propósito, el contexto correcto, y a llevarlas a su máxima expresión.
¡Eso cambia todo!
Jesús no vino a hacer desaparecer las reglas, sino a redefinir el cómo y el por qué de esas reglas.
Él vino a darles vida, a mostrar su verdadero significado.
La ley nunca fue el problema. El problema fue el mal uso de la ley.
A lo largo de la historia, muchas personas usaron la ley para controlar, para oprimir, para excluir.
Los fariseos y escribas, por ejemplo, usaban las reglas como un medio para demostrar su "superioridad espiritual", pero nunca entendieron la esencia de lo que Moisés había recibido de Dios.
El problema no era la ley, sino cómo se aplicaba.
Jesús vino a mostrar que la ley era para restaurar, redimir y salvar, no para condenar. Él criticó a los que pensaban que seguían la ley al pie de la letra, pero que carecían de misericordia, justicia y humildad.
Y si eres honesto, sabes que ese problema persiste hoy en día.
¿A qué vino entonces Jesús?
Vino a mostrar que el amor, la gracia y el perdón no son opuestos a la ley, sino que son su cumplimiento perfecto.
En lugar de eliminar las leyes de Moisés, Él vino a profundizarlas, a enseñarnos que detrás de cada mandamiento hay un principio mucho más profundo: el amor hacia Dios y hacia los demás.
Cuando Él dice que el mayor mandamiento es amar a Dios y al prójimo, lo que está haciendo es recordarnos que todas las leyes se resumen en eso.
Pero… ¿y las leyes ceremoniales?
Aquí es donde muchos se confunden.
Si bien las leyes ceremoniales y las que estaban relacionadas con el templo y los sacrificios sí fueron cumplidas a través del sacrificio de Cristo, no significa que la moral de la ley desaparezca.
Los principios éticos, los principios de justicia, siguen vigentes, y lo que Jesús vino a hacer fue mostrarnos cómo vivirlos plenamente.
Entonces, ¿por qué no seguimos todas las leyes?
La razón es que no todas las leyes fueron para todos los tiempos.
Muchas de las leyes en el Antiguo Testamento eran para el contexto cultural y ceremonial de Israel. Pero lo que Jesús hizo fue reconocer la esencia de la ley y aplicarla de una forma universal y eterna.
Si estás leyendo esto y te sientes confundido o incluso incómodo, no te preocupes. Esta es una conversación que debe ser profundamente meditada.
No puedes tomar un pasaje aislado y hacer que encaje en tu agenda personal.
Necesitas ver el panorama completo.
La pregunta que sigue: ¿Estás listo para interpretar la Biblia correctamente?
Si no entiendes esto a fondo, es probable que sigas cometiendo errores al interpretar lo que realmente Jesús quiso decir.
¿Te gustaría entender mejor la relación entre la ley, los profetas y el Evangelio?
Tienes que aprender a interpretar la Biblia correctamente, leer las escrituras, y comprender el corazón de Dios detrás de cada palabra.