Seamos claros...
no todos los versículos de la Biblia son fáciles de entender.
Y si alguien te dice lo contrario, es porque nunca ha leído más allá de Juan 3:16.
Hay pasajes que parecen contradictorios, otros que suenan brutales y algunos que, sin contexto, pueden hacer que cualquier creyente entre en crisis.
Pero aquí está el problema:
mucha gente prefiere ignorar estos versículos en lugar de entenderlos.
Se aferran a las partes bonitas y evitan las difíciles, como si la Biblia fuera un buffet donde solo eliges lo que te gusta.
Y así es como nacen las doctrinas torcidas y las interpretaciones superficiales.
La clave para comprender los versículos difíciles no es inventar explicaciones emocionales ni asumir que “Dios obra de maneras misteriosas”.
La clave es la hermenéutica bíblica, la herramienta que separa la verdad del simple capricho humano.
Si no entiendes el contexto histórico, cultural y lingüístico de un pasaje, lo más probable es que llegues a conclusiones equivocadas.
Y lo peor es que ni siquiera te des cuenta.
Por eso,
si alguna vez has leído un versículo y has pensado:
¿Cómo puede esto estar en la Biblia?
déjame decirte algo:
no es la Biblia la que está equivocada, es tu interpretación la que está incompleta.
Si realmente quieres descubrir lo que Dios dijo y no lo que a ti te gustaría que hubiera dicho, entonces necesitas aprender a interpretar correctamente.
No más confusión
no más dudas
no más excusas
Es hora de conocer la verdad.
¿Vas a seguir ignorando los versículos difíciles o vas a enfrentarlos con conocimiento real?