A ver, ¿de verdad crees que la Biblia que tienes en casa es la versión original e intacta?
No.
Lo que hoy llamamos "Biblia" es un libro editado, filtrado y manipulado por siglos.
Y aquí viene la bomba: hay textos sagrados que fueron censurados, eliminados y declarados heréticos porque no encajaban con la narrativa que la Iglesia quería imponer.
¿Qué libros?
El Evangelio de Tomás, que presenta un Jesús más filosófico y místico, sin necesidad de milagros ni sacrificios.
El Libro de Enoc, que describe con lujo de detalles la rebelión de los ángeles caídos y eventos que harían temblar a cualquier teólogo moderno.
El Evangelio de María Magdalena, donde se sugiere que María tenía un papel mucho más importante de lo que la Iglesia permitió reconocer.
Y ni hablar del Apocalipsis de Pedro, donde la descripción del castigo final es mucho más intensa que la del propio Apocalipsis de Juan.
¿Por qué estos libros fueron prohibidos?
Fácil: porque ponían en jaque la doctrina oficial y daban una visión diferente –y en algunos casos, hasta contradictoria– de lo que hoy se nos enseña como “fe verdadera”.
Si la gente tuviera acceso a estos textos, empezaría a cuestionar dogmas que han sido impuestos a la fuerza.
Ahora dime..
¿Vas a seguir creyendo ciegamente lo que te dicen, o te vas a atrever a descubrir la verdad por ti mismo?
Porque una cosa es segura: si estos libros no importaran, la Iglesia no se habría tomado tantas molestias en ocultarlos.
Tienes que aprender a interpretar la Biblia sin filtros y entender qué más te han ocultado.
Aquí no hay censura, solo verdades incómodas.