Voy a acabar con ese mito de una vez por todas:
la Biblia no dice que el dinero es malo.
Lo que condena es el amor descontrolado por él.
Pero aquí viene la ironía:
muchos cristianos viven en pobreza no porque Dios los quiera así, sino porque interpretan mal lo que la Biblia dice sobre las finanzas.
Algunos piensan que ser pobre es sinónimo de ser más espiritual.
Otros creen que Dios está obligado a llenarlos de riquezas solo por dar el diezmo.
Ambas ideas son falsas y peligrosas.
La Biblia habla del dinero más de 2,000 veces.
Nos enseña sobre inversión (Eclesiastés 11,2)
planificación financiera (Proverbios 21,5),
evitar deudas (Proverbios 22,7)
y hasta sobre cómo administrar la riqueza con sabiduría.
Pero si interpretas mal estos pasajes, acabarás tomando decisiones financieras basadas en supersticiones en vez de en principios bíblicos sólidos.
Dios no te quiere ni esclavo de la pobreza ni esclavo del dinero.
Te quiere sabio.
Pero la sabiduría no llega sola..
tienes que aprender a interpretar correctamente lo que la Biblia realmente dice sobre finanzas.
Si sigues tomando decisiones económicas basadas en frases sacadas de contexto, nunca saldrás del mismo ciclo de errores.
La clave está en saber leer la Biblia bien.
¿Quieres dejar de estar confundido y aplicar la Biblia correctamente en tus finanzas?
Aprende a interpretarla con seriedad.
¿seguirás repitiendo los mismos errores o aprenderás a manejar el dinero como Dios manda?