Si crees que para agradar a Dios debes seguir al pie de la letra cada mandamiento del Antiguo Testamento, te tengo noticias:
no has entendido el mensaje de la Biblia.
Desde Moisés hasta Jesús, la historia de la humanidad ha estado dividida entre la ley y la gracia.
La ley, dada en el Antiguo Testamento, establecía reglas estrictas que nadie podía cumplir perfectamente.
¿Su propósito?
Demostrar que el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo.
Y aquí entra la gracia.
Jesús no abolió la ley, pero la cumplió en nuestro lugar.
Ya no vivimos bajo un sistema de normas imposibles, sino bajo el regalo inmerecido del perdón.
Esto no significa vivir sin reglas, sino vivir en libertad.
El problema es que muchos siguen atrapados en un legalismo inútil, mientras que otros usan la gracia como excusa para hacer lo que quieran.
Ambos extremos están equivocados.
Si quieres entender de verdad qué dice la Biblia sobre esto y cómo afecta tu vida...
te invito.. ¡pero tiene que ser ya!.