La Biblia no se anda con rodeos... una relación tóxica puede ser un obstáculo directo entre tú y Dios. Sí, lo leíste bien.
Esas relaciones que te desgastan, manipulan y te alejan de tu propósito son más peligrosas de lo que crees, porque no solo afectan tu bienestar emocional; afectan tu alma.
Pero,
¿qué dice exactamente la Palabra sobre esto?
¿Se mencionan las relaciones tóxicas?
Absolutamente.
Pongamos las cartas sobre la mesa:
Proverbios 13,20 nos advierte que:
“el que anda con sabios, sabio será; mas el compañero de los necios sufrirá daño”.
¿Lo necesitas más claro?
El daño no es solo físico o emocional, sino espiritual.
Mantenerte en una relación dañina – sea romántica, amistosa o incluso familiar – no es algo que Dios quiera para ti.
Jesús mismo lo dijo en Mateo 7,6:
“No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos”.
Es fuerte, lo sé,
pero aquí va la verdad incómoda: no todo el mundo merece acceso a ti.
¿Por qué insistes en darle tu energía, tu amor y tu fe a alguien que te destruye poco a poco?
Ahora, muchos dicen:
“Pero Jesús enseñó a amar a todos”.
Claro que sí, amar es un mandato, pero amar no significa ser un mártir en relaciones que te consumen.
Jesús también dijo en Mateo 18,8 que si algo te hace caer, ¡córtalo! Y esto incluye relaciones que te alejan de tu propósito divino.
Entonces,
¿qué debes hacer si estás atrapado en una relación tóxica?
Primero, pon límites.
Segundo, busca guía espiritual para entender lo que Dios espera de ti en esta situación.
y tercero, prioriza tu relación con Él por encima de cualquier vínculo terrenal.
¿Quieres aprender a interpretar estos mensajes bíblicos de manera más profunda y tomar decisiones que estén en sintonía con Su voluntad?
El primer paso para liberarte de lo tóxico está en tus manos.
¿Qué vas a hacer?