Cuando la gente habla del Antiguo Testamento, suelen imaginar historias lejanas, repletas de guerras, profetas y milagros que parecen más bien sacados de una película de fantasía.
Pero,
¿y si te dijera que el Antiguo Testamento no solo es historia, sino que sigue teniendo un impacto brutal en el presente?
Los tiempos del Antiguo Testamento fueron caóticos: imperios cayendo, reinos en disputa, profetas desafiando al poder y, en medio de todo, Dios moviendo los hilos de la historia.
Desde la esclavitud de Israel en Egipto hasta la fundación del Reino de David, cada evento no es solo una anécdota, sino una clave para entender cómo Dios actúa en el mundo.
Los profetas no eran hippies pacifistas con mensajes bonitos.
Eran revolucionarios que denunciaban corrupción, idolatría y abuso de poder.
Isaías, Jeremías y Ezequiel hablaban con una autoridad que hoy haría temblar a políticos y líderes religiosos.
Y no podemos olvidar la Ley de Moisés. Muchos la ven como un montón de reglas obsoletas, pero, en realidad, sentó las bases para la moral y la justicia en Occidente.
Conceptos como el descanso sabático, la protección a los débiles y la justicia imparcial vienen directamente de ahí.
Así que la próxima vez que alguien te diga que el Antiguo Testamento es solo un libro viejo, recuérdale que su influencia sigue viva.
Y si realmente quieres entenderlo, necesitas más que simples lecturas superficiales.
Aprende a interpretar la biblia como nunca antes.