Aquí va la dura realidad: tu vida no es eterna.
Sí, lo has escuchado antes, pero ¿cuántas veces has realmente pensado en ello?
Salmo 39 es una bofetada directa a esa comodidad que has estado buscando en la rutina diaria.
La vida es breve.
No hay tiempo para seguir perdiendo el tiempo.
No hay tiempo para desperdiciar tu vida en cosas que no importan.
Y, a pesar de todo el ruido que te rodea, hay una verdad incuestionable: solo Dios tiene el control.
David, quien escribió este salmo, sabía lo que era perder el control de su vida. Pasó por desesperación, confusión, frustración… Y en medio de todo eso, se dio cuenta de algo vital: la vida es como un suspiro, y lo único que tiene valor es lo que haces con ella mientras vives bajo el propósito de Dios.
No, no es un mensaje suave y positivo.
Es una llamada a dejar de engañarte.
Si te atreves a aceptar la cruda verdad, este salmo puede transformar tu vida para siempre.
Salmo 39
Dije: Guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; guardaréis mi boca con freno, mientras el impío esté delante de mí.
Enmudecí con silencio, me callé, pero me congojé.
Mi corazón se calentó dentro de mí, mientras medité, se encendió el fuego; hablé con mi lengua:
Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo lo débil que soy.
He aquí, hiciste mis días como una palma, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente, todo hombre es enteramente vanidad.
Ciertamente, el hombre anda en una sombra; ciertamente, en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.
Líbrame de todas mis transgresiones; no me pongas por oprobio al loco.
Callé, no abrí mi boca, porque tú lo hiciste.
Quita de sobre mí tu plaga; por el golpe de tu mano estoy consumido.
Castigas al hombre con el pecado, y corriges al impío; consumes como polilla lo que más estima; ciertamente, todo hombre es vanidad.
Oye mi oración, Jehová, y mi clamor, escucha mi llanto; no calles ante mis lágrimas, porque forastero soy yo para ti, y huésped, como todos mis padres.
Déjame, y tomaré fuerzas, antes que me vaya y no sea más.
Interpretación para la vida
Este salmo es la patada en el trasero que todos necesitamos.
¿Por qué?
Porque nos recuerda lo insignificantes que somos cuando nos obsesionamos con las cosas que no tienen sentido.
David está confrontando la mortalidad humana y nos está diciendo, en pocas palabras, que la vida es como una sombra, un suspiro, una brisa que se va.
Si no vivimos con la conciencia de esa verdad, vivimos en una fantasía. Y como si eso no fuera suficiente, David no se anda con rodeos:
"Ciertamente, todo hombre es enteramente vanidad".
vanidad,
Punto.
Eso es lo que somos si vivimos para nosotros mismos, si vivimos para el dinero, el éxito y las preocupaciones que nos llenan de ansiedad.
Pero, en medio de todo esto, hay un giro inesperado:
David nos muestra cómo debería ser nuestra respuesta.
¿Te ha golpeado alguna vez el pensar que tus días están contados?
¿Y después de esa sacudida, qué haces?
David elige poner su esperanza en Dios. No en las riquezas, no en las personas, ni en el control que creemos tener sobre nuestras vidas..
en Dios,
solo en Dios,
y en más nadie ni nada.
Aquí es donde todo cambia.
David sabe qué, aunque no puede controlar su vida, puede rendirla ante el único que tiene el control absoluto.
Lo que este salmo te está pidiendo es que dejes de vivir como si fueras eterno, como si tu tiempo fuera infinito.
Te está diciendo que ya basta de desperdiciar el tiempo persiguiendo cosas que no te van a llenar.
David se da cuenta de que, aunque la vida es breve y frágil, hay algo mucho más grande: la relación con el Creador, el único que puede redimir nuestro tiempo.
Entonces..
¿qué pasa contigo?
¿Vas a seguir jugando a la vida, esperando que las cosas caigan del cielo, mientras sigues ignorando lo que realmente importa?
¿Te atreves a mirar tu vida en la cara y preguntarte: qué estoy haciendo con el tiempo que tengo?
Si sigues buscando significado en el trabajo, las relaciones superficiales o el dinero, vas a seguir vaciándote cada día más.
Es hora de cambiar tu perspectiva, porque el tiempo no te va a esperar.
Y aquí es donde te hago una pregunta directa:
¿Estás listo para aprender a interpretar la Biblia correctamente y aplicar sus verdades en tu vida diaria?
Porque lo que David expresa en este salmo no es solo una reflexión poética. Es un principio fundamental para tu vida.
La vida es breve, pero si decides caminar en el propósito de Dios, cada momento tendrá un impacto eterno.
Deja de jugar al "cristiano de domingo" y empieza a aplicar las enseñanzas de la Biblia a tu vida de manera profunda y transformadora.
La vida es muy grande como para no hacer algo grande con ella.