No te va a gustar lo que estás a punto de leer.
Este salmo no tiene misericordia, no es políticamente correcto, y no te va a consolar como el Salmo 23.
¿Por qué?
Porque el Salmo 58 habla de algo que no queremos oír:
el juicio de Dios contra la maldad.
¿Te incomoda la idea de que Dios se pronuncie sobre los malvados, sobre aquellos que actúan con injusticia, que explotan a los demás y que juegan con la vida ajena como si fuera un juego?
Pues este salmo es para ti, porque te va a obligar a mirar la vida con otros ojos.
Y no, no es un mensaje suave ni amigable.
Es un llamado directo y brutal a la justicia de Dios, algo que el mundo entero necesita oír, pero que evita a toda costa.
Si piensas que el juicio de Dios es solo para los demás, este salmo te va a hacer temblar.
Es hora de que dejes de ignorar lo que está en juego y te enfrentes a la verdad.
Dios ve la injusticia, ve la maldad y, tarde o temprano, la justicia de Él será inevitable.
Salmo 58
¿Acaso habéis de hablar justicia, oh congregación? ¿Habéis de juzgar rectamente, oh hijos de los hombres?
Antes en el corazón maquináis iniquidad; en la tierra pesáis la violencia de vuestras manos.
Los impíos se apartan de la matriz; van errados desde el vientre, hablando mentira.
Tienen veneno como veneno de serpiente; son como la serpiente sorda que cierra su oído,
Que no oye la voz de los encantadores, ni del que doma sabias.
Oh Dios, quiebra sus dientes en su boca; rompe las muelas de los leoncillos, oh Jehová.
Sean disipados como aguas que corren; cuando disparen sus saetas, que sean destruidos.
Como cera que se deshace, así perezcan; se vayan a pique como las aguas que pasan.
No vean el sol, antes que vuestros calderos sientan el espino, como cuando lo verde se arrebata con un torbellino.
El justo se alegrará cuando vea la venganza; lavará sus pies en la sangre del impío.
Y dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay un Dios que juzga en la tierra.
Interpretación para la vida
¿Te asustó?
Bueno, eso es exactamente lo que quiere este salmo: que sientas la incomodidad de la verdad.
No te engañes pensando que el juicio de Dios es algo que solo le ocurre a "esos otros", a los peores de la sociedad, a los corruptos, los criminales, los tiranos.
Este salmo es un recordatorio directo de que todos, en algún momento, enfrentaremos las consecuencias de nuestras acciones.
David no está haciendo una súplica para que Dios sea más “bueno” con los malvados..
No.
Lo que está haciendo es pedir que la justicia de Dios se haga en la tierra, y que los que practican la maldad sean detenidos, destruidos, y llamados a rendir cuentas.
¿Qué significa esto para ti?
El juicio no es solo un concepto distante o futuro.
El juicio de Dios tiene repercusiones ahora.
Las acciones malas tienen consecuencias, y aunque el sistema humano muchas veces se queda corto, el juicio divino nunca falla.
Te diré algo, y no te va a gustar: vivimos en una cultura que adora la injusticia.
Hay gente que se sale con la suya, que manipula, que engaña, que roba, que asesina (ya sea en el sentido literal o figurado), y muchos se sienten inmunes, como si pudieran escapar.
Este salmo no solo es un llamado de atención, es una advertencia.
Dios ve todo lo que pasa.
No importa cuán oculta esté la maldad, Él lo sabe.
Y en Su tiempo, la justicia caerá sobre los malhechores.
Pero aquí está el asunto más importante: esto no se trata solo de ellos, de los "malos".
El salmo está diseñado para que tú te confrontes con tu propia vida, con tus propios compromisos con la injusticia.
¿Cuántas veces has hecho la vista gorda ante algo que sabías que no estaba bien?
¿Cuántas veces has permitido que otros jueguen con la vida de los vulnerables mientras tú te quedabas en silencio?
Este salmo es un llamado a examinarte, a preguntarte en qué lado realmente estás.
Lo que sucede en el Salmo 58 es que Dios no tiene tolerancia para aquellos que desatan el caos y la maldad. Y si estás del lado de los que hacen el mal, el juicio de Dios no será algo fácil de enfrentar.
Pero si estás del lado de la justicia, si buscas vivir conforme a lo que Él enseña, entonces, el final del salmo te da una perspectiva de esperanza:
"Ciertamente hay un Dios que juzga en la tierra".
El bien siempre triunfa sobre el mal, y Dios siempre hace justicia, aunque tarde en llegar.
¿Te atreves a profundizar más?
Si este salmo te tocó (y no es por accidente), es porque te estás enfrentando a algo más grande:
la necesidad de entender el juicio de Dios y de vivir conforme a Su justicia.
Pero..
¿Realmente entiendes lo que está pasando en la Biblia?
No te conformes con leer y seguir como si no pasara nada.
Es hora de entender en profundidad lo que realmente significan estos textos, no solo para el mundo, sino para ti, tu vida diaria, y tu destino eterno.
Es hora de dejar de leer la Biblia de manera superficial.
No te quedes con lo básico, es momento de vivir lo que realmente significa ser un hijo de Dios.