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Salmo 6: El Clamor de un Alma Afligida

Foto del escritor: Charly CountryCharly Country




Si alguna vez has sentido que tocas fondo, que la angustia te consume y que Dios parece estar en silencio, este salmo es para ti.


David aquí no disfraza su dolor; llora, clama y se siente al borde del colapso. Pero, a diferencia de muchos, él no se rinde ante la desesperación: busca a Dios con toda su alma.


¿Tú qué haces cuando sientes que no puedes más?






Salmo 6


  1. Jesús, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues con tu ira.

  2. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.

  3. Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?

  4. Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.

  5. Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el Seol, ¿quién te alabará?

  6. Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas.

  7. Mis ojos están gastados de sufrir; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.

  8. Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.

  9. Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.

  10. Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.






Interpretación y Aplicación a la Vida


Este salmo es la definición del sufrimiento humano y de la esperanza en Dios.


David no oculta su desesperación, pero tampoco permite que esta lo derrote.


La enseñanza es clara: el dolor es parte de la vida, pero nuestra respuesta ante él define nuestro futuro.






El dolor es real, pero no eterno. 


David se siente abandonado, pero sigue orando. Esto nos recuerda que nuestras emociones no siempre reflejan la verdad.






La fe no es negación del sufrimiento, sino confianza en la respuesta de Dios. 


No se trata de ignorar el dolor, sino de llevarlo a los pies de Dios con la certeza de que Él escucha.






Dios escucha y responde. 


Aunque en el momento todo parezca oscuro, la última palabra la tiene Él.






¿Sigues ahogándote en la angustia o ya entregaste tu dolor a Dios?


Si quieres aprender a leer la Biblia como nunca antes y descubrir sus secretos más profundos, te invito a que comiences ya.


Te garantizo que después de esto, nunca más verás la Palabra de la misma manera.

¿Estás listo? 

te aviso, solo los valientes se atreven..

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