A ver, vamos a poner las cartas sobre la mesa:
te están vigilando, te están criticando, y hay gente que quiere verte caer.
¿Te suena?
Bienvenido al club.
Si alguna vez te han atacado con chismes, calumnias o traiciones, el Salmo 64 es justo lo que necesitas leer hoy.
David, el rey poeta, no estaba escribiendo este salmo en un día soleado y feliz. Él estaba rodeado de enemigos que conspiraban contra él en las sombras, gente que con sonrisas hipócritas intentaba destruirlo.
Y, ¿sabes qué? Dios respondió.
Dios vio todo y tomó acción.
Este salmo no es para miedosos.
Es para los que han sido traicionados, difamados y atacados por la espalda.
Es un recordatorio de que, aunque los enemigos parezcan tener ventaja, Dios es el que da el golpe final.
Si alguna vez te han herido con palabras venenosas, prepárate, porque este salmo te va a dar el combustible que necesitas.
Salmo 64
Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; guarda mi vida del temor del enemigo.
Escóndeme del consejo secreto de los malignos, de la conspiración de los que hacen iniquidad.
Que afilan su lengua como espada, y lanzan cual saeta suya, palabra amarga.
Para asaetear a escondidas al íntegro; de repente lo asaetean, y no temen.
Obstinados en su inicuo designio, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de ver?
Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo.
Mas Dios los herirá con saeta; de repente serán sus plagas.
Sus propias lenguas los harán caer; se espantarán todos los que los vean.
Entonces temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su hecho.
Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; y se gloriarán todos los rectos de corazón.
Interpretación para la vida
Aquí va lo fuerte:
la gente va a hablar mal de ti.
Te van a criticar.
Te van a traicionar.
Y lo peor de todo es que muchas veces, no puedes hacer nada para evitarlo.
David lo entendió bien.
Sus enemigos no lo atacaban de frente, lo atacaban en la sombra, con palabras como cuchillos.
¿Y qué hizo?
Se quejó con Dios.
¡Sí, se quejó!
Y, en lugar de tomar venganza por su cuenta, dejó que Dios hiciera el trabajo sucio.
Porque aquí está la verdad incómoda: Dios no es indiferente a lo que te hacen.
Cuando alguien conspira contra ti, Dios lo ve TODO.
Cuando te critican sin razón, Dios lo escucha.
Cuando intentan hundirte, Dios está tomando nota.
Y lo mejor de todo: Dios actúa.
El versículo 7 es CLAVE:
"Mas Dios los herirá con saeta; de repente serán sus plagas."
¿Lo captaste? De repente.
Así como tus enemigos pensaban que la tenían ganada, Dios voltea la partida en un instante.
Sus propias lenguas los hacen caer.
Lo que usaron para atacarte se vuelve contra ellos.
Lo que planearon en tu contra se les revierte.
Y tú, en vez de rebajarte a su nivel, confías en Dios.
Aquí viene el punto clave: este salmo no es solo sobre la venganza de Dios. Es sobre el poder de confiar en Él cuando los ataques llegan.
En lugar de amargarte, en lugar de gastar tu energía en responder a los chismosos, suéltalo y deja que Dios haga lo suyo.
¿Listo para entender la Biblia de verdad?
Si este salmo te sacudió, entonces necesitas aprender a interpretar la Biblia con profundidad.
No basta con leerla, hay que entenderla y aplicarla en tu vida de manera práctica.
Deja de ser un lector superficial y conviértete en alguien que realmente entiende la Palabra de Dios.
Empieza a leer la Biblia con ojos nuevos.
Porque si no la entiendes, te estás perdiendo de TODO lo que Dios tiene para ti.